Hace un tiempo que llevo queriendo investigar sobre las estatuas Jizō. La primera vez que las vi fue en mi primer viaje a Japón hace ya cuatro años. Recuerdo que fue en el Templo Zōjō-ji, ese que está al lado de la Tokyo Tower. Me llamaron bastante la atención, había y hay, un montón de ellas. Pregunté a la persona que nos estaba guiando, pero no supo decir qué representaban ni qué hacían todas esas pequeñas estatuas con sombreritos y baberos rojos.
Como os cuento fue algo que me llamó mucho la atención y al volver del viaje estuve intentando investigar sobre ellas, pero no encontré prácticamente nada, mayormente porque no sabía que se llamaban «Jizō».
Con el paso del tiempo me encontré por casualidad viendo un vídeo dónde se habla del tema, en él se explicaba que estas pequeñas estatuas representan a los niños que ya no están entre nosotros o que por una razón u otra no llegaron a nacer, es una forma de recordarlos y que no sean olvidados.
Esta explicación me ha satisfecho, al menos hasta hace poco, que me ha vuelto a entrar la curiosidad por lo que me he puesto manos a la obra y me he adentrado en lo más profundo de Internet para averiguar de dónde vienen y qué representa realmente y ahora os voy a contar qué he descubierto.
Origen e historia
Comenzaré hablando de Ksitigarbha. Ksitigarbha es un bodhisattva (Persona embarcada en el camino de Buda) muy venerado en la cultura budista oriental. Su nombre se podría traducir como «Tesoro de la Tierra» y se dice que asumió la responsabilidad de ayudar a todos los series vivos que hubieran caído en el infierno a salir de él.
En Japón también se le atribuye la acción de guardián de los niños y de deidad de los pequeños fallecidos o que no hayan llegado a nacer.
Como podréis imaginar la figura de Ksitigarbha tiene dos, podríamos decir versiones, diferentes. Una más acercada a China y la otra en Japón que es dónde nos vamos a centrar.
A Ksitigarbha Bodhisattva se le conoce en Japón como Jizō Bosatsu, y además de ser el protector de los niños también lo es de las mujeres embarazadas, los bomberos y todos los viajeros.
Y os preguntaréis, ¿por qué cuándo fallece un niño se coloca la estatua de un Jizō? La historia cuenta que cuando un pequeño se va de este mundo, Jizō lo esconde bajo sus ropas para protegerlos de los demonios que se puedan encontrar en el camino hasta la salvación, por eso se les coloca un sombrerito y un babero, generalmente de color rojo.
Como veis es una historia que tiene un fondo triste pero que a la vez ayuda a la gente que ha perdido a un ser querido en sus primeros momentos a creer que este ha llegado a encontrar la salvación que busca.
Las estatuas como hemos dicho, se representan generalmente como una pequeña figura cubierta con el sombrero rojo y el babero del mismo color, pero no es la única representación de Jizō, otras veces se encuentra como una estatua mucho más grande sosteniendo un bastón en una mano llamado «shakujo» y con una aureola detrás de su cabeza.
Los lugares dónde será más fácil encontrarlo es, lógicamente, en los cementerios o cerca de los templos, pero ya sabéis que hemos dicho que también protege a los viajeros, por lo que no será de extrañar que lo encontremos al lado de alguna carretera con el fin de protegernos a todos nosotros en nuestro camino.
Y hasta aquí llega la entrada sobre los Jizō, espero que hayáis aprendido tanto como yo durante mi pequeña investigación y nos vemos en la siguiente entrada, se admiten propuestas para el tema ^^