Últimamente me habéis preguntado varias veces qué es lo que más me gusta de Japón. Muchos conocidos cercanos también se hacen la misma pregunta, me dicen que por qué me voy todos los años a Japón, por qué no dejo de hablar de este país, por qué me gusta tanto. Y la verdad, creo que ni yo mismo lo sé. Si os habéis fijado casi siempre respondo algo diferente; que si la amabilidad de la gente, sus paisajes, la comida… Creo que hay muchas cosas que me gustan de Japón, tantas que no podría contarlas de forma sencilla. Hoy os voy a hablar de una de ellas. La amabilidad de sus gentes.
Cuando llegas a Japón y sales del avión ya empiezas a notar cosas diferentes. Ves a mucha gente trabajando en el aeropuerto, y todos con una sonrisa. Es algo en lo que al principio ni siquiera te has fijado, pero que te paras a pensarlo en el momento que te sienta en el tren. Te das cuenta de que has visto a muchas personas diferentes y todos te han dedicado con una enorme sonrisa.
Cuando llegas a una tienda por primera vez escuchas «Irasshaimase«, seguramente lo ignores. Volverás a entrar a otra tienda y volverás a escucharlo y seguramente hasta con más energía y así siempre que entras en algún local, tanto, que pronto te acostumbras a escucharlo y se hace algo habitual. Incluso aunque solo pases unos pocos días en el país se te hará algo habitual. Lo mismo pasará cuando pagues algo y la persona que te atiende te dedique una enorme sonrisa, esa sonrisa seguramente te llene de alegría, aunque no te darás cuenta de ello hasta que dejes el país.
En el segundo viaje que hice en Japón había una chica que trabajaba por la noche en un 7/11, la chica era una persona normal, sin nada en especial, salvo su enorme sonrisa, siempre que llegabas a la tienda te daba la bienvenida, pagabas y te dedicaba una enorme sonrisa. Se me hizo tan habitual que sin darme cuanta siempre visitaba la misma tienda a la misma hora solo para encontrarme con esa sonrisa, esa amabilidad, cuando tuve que volver a España, me llenó un sentimiento de nostalgia por no poder verla de nuevo…
Pero esta amabilidad no solo se limita a las tiendas, en cualquier parte vas a encontrarte acciones que te van a hacer pensar que estás en un sitio diferente. Recuerdo la primera vez que estuve en Kyoto con un grupo de amigos, cuando llegamos y salimos de la estación nos encontramos realmente perdidos, no sabíamos a dónde ir. Al cabo de unos minutos apareció de la nada un señor mayor y sin mediar palabra, nos preguntó a dónde nos dirigíamos. Este señor, sin que nosotros se lo pidiéramos, nos acompañó a nuestro hotel, con una enorme sonrisa en la cara y encantado de poder ayudarnos.
Son pequeñas cosas, pequeños gestos que nos llenan la vida poco a poco y que muchas veces no apreciamos hasta que volvemos y nos sentamos a pensar en nuestro viaje. Gestos que hacen una vida y que hacen de Japón un país diferente que realmente merece la pena conocer.
Si hoy me preguntáis qué es lo que más me gusta de Japón… Hoy digo que la amabilidad de sus gentes.
¿Qué es lo que más te gusta a ti de Japón?