Nos trasladamos a lo más profundo de los valles de Shikoku hasta un pequeño pueblo llamado Nagoro. En esta apartada zona rural viven menos de 50 personas que llevan una vida sencilla y tranquila. Un lugar donde conviven apaciblemente con muñecas.
La artista local Ayano Tsukimi, dejó su lugar de nacimiento; después de 10 años, movida por el recuerdo, decidió regresar a él. La llegada fue triste, Ayano descubrió que muchos de sus vecinos que recordaba habían fallecido.
Para poder mantener sus cosechas libres de pájaros, Ayano decidió construir un espantapájaros. Al verlo terminado no pudo evitar el recuerdo de su padre, este ser de madera y paja que había construido le ayudaba a sobrellevar el sentimiento de nostalgia. Esto fue la inspiración para su obra. Decidió crear muñecas a tamaño natural para recordar a todos esos vecinos que ya no la podían acompañar. Así nació el Valle de las Muñecas.
En todo este tiempo, Ayano ha creado más de 350 figuras de sus vecinos que recrean multitud de escenas cotidianas tal cual ella recuerda.
Este viaje de tristeza y recuerdo ha traspasado barreras llegando hasta el cineasta alemán Fritz Schumann que ha creado el corto que podéis ver sobre estas lineas titulado «The Valley Of The Dolls».