¡Buenas! Antes de nada desearos una feliz navidad y pediros disculpas por haber estado tanto tiempo sin escribir, pero con el curso me resulta muy difícil ^^”
Hoy vamos a tratar un tema para los cinéfilos y amantes de los yōkai. En concreto de dos personajes muy famosos en el mundo nipón. Hablaremos sobre sus historias y qué rol juegan en sus películas principales.

Este yōkai pertenece a la especie de onryō (怨霊). Esta especie son fantasmas generalmente mujeres y niños que han sido asesinados en su vida anterior de manera violenta y dolorosa a manos de un hombre y vuelven a la vida para vengarse.
Hacen su aparición en las famosas sagas de “Ju-On” (呪怨) y “Ringu” (リング). La primera cuenta con numerosas entregas.
La primera saga que he mencionado, dirigida por Takashi Shimizu, tiene como lugar de los sucesos una casa del barrio de Nerima, en Tōkyō. Donde Saeki Kayako (佐伯伽椰子) fue asesinada junto a su hijo a manos de su marido y, cada familia que viene a alojarse a ésta sufre las desgracias que tanto la madre como su hijo Toshio les proporciona.
La historia transcurre dividida en arcos, donde los protagonistas de los mismos son diferentes familias, pero los villanos son los mismos. ¿Cómo ocurre la maldición? Las familias viven en la casa o han tenido algún tipo de relación directa con ella, y solo es cuestión de tiempo que dejen este mundo. La casa donde ocurren los hechos existe realmente y se puede visitar, aunque no está permitida su entrada al interior.

¡Si estás pensando en viajar a Japón y eres amante de su cine no deberías perderte una visita a la casa! Quién sabe… puede que te encuentres a Kayako y Toshio por ahí…
Ahora pasamos a la segunda saga, se trata nada más y nada menos que de Ringu. Aquí también aparece un fantasma de la misma especie que los anteriores, solo que aquí adopta el nombre de Yamamura Sadako (山村貞子)
Aquí la historia es diferente pero el objetivo del fantasma es el mismo: cobrar venganza. La protagonista, Sadako, debido a una serie de premisas (explicadas en la saga) es brutalmente agredida a manos de otro hombre y es arrojada a un pozo pensando que estaba muerta ya. Pero no fue así, sobrevivió durante tres décadas y dejó una cinta VHS donde reflejaba todo su odio ahí y cada persona que la viera accidental o voluntariamente moriría a los siete días a causa de su maldición.

¡Espero que os haya gustado, y si queréis otra entrada en relación con el cine nipón solo tenéis que pedirlo!